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“En Venezuela me siento como chino y en China como venezolano”

Por Fausto Aguilera

En la primera mitad del siglo XX llegaron a Venezuela huyendo de la pobreza, buscando oportunidades fuera de China. Cuatro meses de travesía para desembarcar en un país totalmente diferente, donde ni siquiera sabían cómo transcribir su apellido. Ahora vienen en avión, regresan a aprender el idioma de sus abuelos y a buscar oportunidades de negocio. Un siglo después de que llegasen los primeros migrantes de sus familias a Venezuela, algunos toman el camino contrario, alejándose de la inseguridad política, económica y social que vive la Venezuela actual.

 

 Se estima que alrededor de 200.000 personas de origen chino han emigrado a Venezuela, una cifra que difícilmente se puede confirmar, ya que muchos de ellos tienen nacionalidad venezolana o son hijos de emigrantes. No todos, pero sí el 90 o 95% de ellos provienen de En Ping, pueblo ubicado en la provincia de Guangdong con una población de unos 500.000 habitantes.

    Desde este rincón de China, la emigración se produjo en diferentes etapas, siempre arrastrados por los familiares que ya habían tomado la decisión de viajar en busca de prosperidad. Los primeros emigrantes de origen chino llegaron a Venezuela en los años 20 y 30, entre las dos guerras mundiales. Más tarde, en los años cincuenta y principios de los sesenta, hubo otro boom migratorio. Sin embargo, el mayor acelerón se produjo tras el fin de la Revolución Cultural a finales de los años 70.

  No es raro que la mayoría de chinos afincados en Venezuela procedan de este pequeño pueblo de Guangdong. De allí salieron los primeros emigrantes chinos hacia todo el mundo. Se calcula que más de 400.000 chinos residentes en el extranjero proceden de En Ping, casi el mismo número que su población actual. Tal vez, estemos hablando de la ciudad de China con más conexión directa con el extranjero.

 

     Los emigrantes chinos llegaron a Venezuela sin nada, a empezar una vida desde cero. Su esfuerzo y dedicación han hecho que ahora los podamos ubicar entre la clase media venezolana. Hablan español como cualquier venezolano más. De hecho, algunos ya dejaron atrás el idioma original de sus familias. Oficialmente, ya no son chinos, tienen pasaporte venezolano.

 

   Como en muchos otros países, en Venezuela la comunidad china se ha establecido en torno a negocios relacionados con el comercio de productos de bajo coste (lo que en Venezuela denominan quincal

-las) supermercados, restaurantes de comida china e importación desde Asia. La ambición y constancia en el trabajo han facilitado que la comunidad china haya crecido económicamente más rápido que la propia población venezolana. 

 

Clubes chinos en Venezuela

 

     Para conocer más de cerca la realidad de la colonia china residente en Venezuela, Siglo China se ha entrevistado con

Chinos en Barquisimeto

Marisela Hung de Cheng, directora del Club Chino de Barquisimeto, que pasa las vacaciones en Guangzhou visitando a sus hijos Kelvin (21 años) y Christopher (22), que llevan dos años en China estudiando mandarín. 

 

    Marisela nos explica cómo, aunque algunas familias están integradas totalmente en la sociedad venezolana, los emigrantes chinos han creado su propia comunidad en torno a los clubes chinos. Hay uno en cada ciudad importante de Venezuela. Por número, el más grande es el de Valencia. Todos ellos están coordinados por la Federación Nacional de Colonias Chinas, que es el contacto más directo con las autoridades chinas y venezolanas.

 

   En la mayoría de los casos, estos clubes están construidos en parcelas compradas con el aporte de los miembros de la Colonia en cada ciudad. Anteriormente se ayudaban inclusive entre los miembros de otras ciudades, quienes aportaban dinero aunque no vivían en esa ciudad. Los clubes tienen doble función: entretenimiento y ayuda. Son el punto de encuentro de familias enteras que buscan no perder la tradición china, a la vez que un lugar en el que se unen frente a problemas que involucran a todo el colectivo. 

 

   Incluso tienen prensa informativa en chino para su comunidad. Al igual que Siglo Chinaescribe en español para la comunidad latina en China, cuatro semanarios escriben en chino para todos aquellos que desean informarse en su lengua de origen.  

 

De regreso a China

 

  Pese a estar totalmente instalados en Venezuela, desde principios del siglo XXI se está produciendo proceso migratorio contrario a lo que sucedía un siglo atrás. Multitud de jóvenes de origen chino regresan al país que dejaron sus abuelos y bisabuelos para estudiar mandarín e iniciarse en sus aventuras empresariales.

Reconstruyendo su historia familiar, Marisela nos cuenta que el primer miembro de su familia que emigró fue su tío abuelo en el año 1915 aproximadamente. Tras él fue su abuelo, quien más tarde se llevaría a su padre. Ella ya nació en Venezuela, al igual que sus cinco hijos, quienes ahora salen de Venezuela para estudiar.

 

    “Desde hace como 12 años atrás ya hay muchos paisanos que han enviado a sus hijos para estudiar acá”, explica Marisela.  “Yo pienso que la China va a continuar progresando. Es muy importante que dentro de la familia alguien sepa hablar mandarín”, dice recalcando que entre la colonia china residente en Venezuela se habla cantonés y lo que ellos han denominado como empinés (dialecto de En Ping). El mandarín es prácticamente desconocido entre la comunidad sino-venezolana, ya que fue instaurado oficialmente en China después de que estas familias saliesen de China. 

 

    Asimismo, recalca que, pese a haber nacido y crecido allí, “nunca van a decir que tú eres venezolano por más venezolano que tú seas legalmente. En la China tampoco eres chino. Esa es una de las pocas cosas malas que tiene uno cuando es descendencia de emigrante. Tú no te sientes como parte del país donde estás. Ni por un lado, ni por otro”. 

 

  Tal y como explica su hijo Kelvin, “en Venezuela me siento chino y cuando vengo a China, me siento venezolano”. Él y su hermano Christopher tienen en Guangzhou las mismas dificultades que cualquier otro extranjero que llega a China a aprender mandarín por primera vez. Sus rasgos chinos los distinguimos únicamente por sus ojos asiáticos, ya que su español, educación y amigos los acercan más a Venezuela que a China.

Marisela y sus hijos

Licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid (España), Fausto Aguilera acumula experiencia en comunicación corporativa y periodismo de agencia. Ha trabajado para la agencia de noticias Europa Press en Castilla-La Mancha (España) y para la Asociación Sino-Española por la Energía y la Sostenibidad en Guangzhou (China).  Actualmente es jefe de edición de la revista China Latino, también en Guangzhou (China). 

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15 agosto 2013

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