El negocio está en la pata del pollo
Por Fausto Aguilera
Cuentan los mayores, los habitantes de zonas rurales y aquellos que tienen un corral en casa, que comer patas de pollo no es algo tan raro, que no solo es cosa de chinos, pero si viesen el índice de consumo de este producto en China; quedarían asombrados. Mientras que en el resto del mundo pocos son las que las comen, en China muy pocos las rechazan.
Las patas de pollo, un producto cuya comercialización para consumo humano está prohibida dentro de la Unión Europea por cuestiones sanitarias, es considerado un auténtico manjar en China, un alimento que comen desde los más ricos hasta lo más pobres. Como cualquier otro snack envasado al vacío, las patas de pollo se han convertido en una delicatesen que muchos se llevan a la boca en cuanto tienen oportunidad.
Aunque es prácticamente imposible hacer cálculos sobre el consumo masivo de este producto, se cree que China consume alrededor de medio millón de toneladas de patas de pollo anuales. El consumo es mayor durante los meses de abril y octubre, sobre todo en la ciudad de Guangzhou (sur de China), donde se venden casi la mitad de las patas que se comen en todo el país. Es tal el consumo de este producto, que representa más del 50% del total de las importaciones avícolas en China.
Ante la masificación en el consumo de patas de pollo, China ha visto como la oferta interna no es suficiente. Así, importa garras de aves
principalmente desde Estados Unidos y Brasil, aunque en los últimos años el mercado se abre a países como Argentina, Indonesia, Taiwán y Filipinas. También países europeos como Holanda, Francia y España o latinoamericanos como Colombia y México se han incorporado a un mercado con un potencial enorme y en el que todavía la demanda es mayor que la oferta.
Para cualquier empresario que mire con ganas de vender a China, la ecuación se hace perfecta. En su país de origen, las patas de pollo son un producto residual que alcanza un valor escaso, mientras que en China la demanda es mayor que la oferta, lo que favorece un incremento en el precio y en los márgenes de beneficio. Además, el hecho de que este alimento sea ingerido como un snack, favorece un consumo continuo y rápido del mismo, por lo que se trata de un mercado constante si se consigue entrar en él.
Para su exportación a China el producto no necesita ser manufacturado en el país de origen, sino que se prepara para el consumo final una vez que llega. En origen se debe asegurar un alto estándar de calidad; es decir, conseguir un producto limpio que cumpla con los requisitos que exige la autoridad sanitaria china. Tras cruzar la aduana, las industrias procesadoras de alimentos son las encargadas de terminar de preparar el producto adicionando saborizantes para que las patas puedan ser distribuidas en supermercados, hoteles y restaurantes de todo el país.

Licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid (España), Fausto Aguilera acumula experiencia en comunicación corporativa y periodismo de agencia. Ha trabajado para la agencia de noticias Europa Press en Castilla-La Mancha (España) y para la Asociación Sino-Española por la Energía y la Sostenibidad en Guangzhou (China). Actualmente es jefe de edición de la revista China Latino, también en Guangzhou (China).
1 octubre 2013
Patas de pollo envasadas al vacío
listas para su comsumo como snack